jueves, 23 de agosto de 2007

Tamara Domenech

Todas las pesadillas que recuerdo tienen un final feliz.
No sé, la mente se las ingenia para transformar hechos insoportables en situaciones de festejo. Amo mis pesadillas. Porque vienen con yapa.
Esta fotopesadilla que se llama “fideos” da cuenta de cómo la amistad practicada a tiempo logra que no se lleve a cabo un hecho de antropofagia.

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